domingo, 11 de enero de 2009

SOBRE EL TRABAJO COMUNITARIO


"Dormía y soñaba que la vida era alegría. Desperté y vi que la vida era servicio. Serví y descubrí que el servicio era alegría". Tagore


"Cuando reflexionamos profundamente sobre el gran sufrimiento de la humanidad, experimentamos una contradicción entre el deseo de acercarnos a otras personas, que surge naturalmente de nuestros corazones, y los mecanismos mentales que tienden a resguardarnos y a mantenernos aislados y desvinculados. El miedo es la reacción de la mente ante la natural generosidad del corazón. La mente nos protege, como una entidad separada, y el corazón nos vincula directamente con la alegría y el sufrimiento de los demás. En nuestra cultura desequilibrada, donde la mente tiende a reprimir nuestra compasión y nuestro compromiso directo con la vida, necesitamos una técnica de resucitación "corazón a corazón".

Todo lo que hablemos sobre prestar un servicio, sigue siendo teórico hasta que nos untamos las manos. ¿Qué podemos hacer? Puede vincularse a grupos de acción o instituciones de su localidad, que se dediquen al trabajo comunitario. Brinde lo que es básico: presencia, tiempo, atención.

Normalmente pensamos que, como voluntarios que prestan algún tipo de ayuda, le estamos haciendo un favor a los demás, cuando en realidad, es muy probable que nos estemos favoreciendo a nosotros mismos. Swami Vivekananda dice que al ser los primeros en beneficiarnos de nuestros actos, tenemos una deuda de gratitud con las personas a las que ayudamos".*

Por otra parte, ¿qué sentido tiene aislarnos en una burbuja ignorando lo que acontece alrededor de nuestra vivienda? Si buena parte de nuestra vida y la de nuestra familia trascurre en un barrio determinado, ¿No es lógico que nos interesemos por la seguridad de nuestra vida y bienes, porque no se contamine de cualquier forma nuestro habitat, por una sana convivencia, por embellecer sus parques y zonas verdes, porque funcionen adecuadamente sus sumideros y alumbrado público, por el buen estado de sus vías, por que exista una adecuada cobertura educativa, por un buen servicio de transporte, porque disponga de centros de salud adecuados, por la adecuación de sus escenarios deportivos y culturales, etc.? Si no nos involucramos con la vida de nuestra ciudad, si ignoramos los servicios que presta la Alcaldía Municipal a través de sus distintas secretarías y departamentos administrativos, si desconocemos a los integrantes del Concejo Municipal y sus propuestas para la ciudad, si no nos importa la calidad de los servicios públicos de transporte, salud, educación, aseo, etc., si no nos enteramos de las actividades culturales programadas mes a mes en la urbe, en una palabra, si no participamos de alguna manera en el mejoramiento continuo de nuestro barrio, nuestra comuna y nuestra ciudad, y permanecemos aislados, sin nada que ofrecer a los demás, obsesionados con las minucias de nuestra casa, ¿podemos llamarnos verdaderamente ciudadanos?

La calidad de ciudadano no se adquiere automáticamente con la expedición de la cédula de ciudadanía. Debe aprenderse a través de la participación en la vida de la ciudad, del trabajo comunitario, de una adecuada capacitación teórico-práctica. Esas "escuelas ciudadanas" por derecho propio son, o deberían ser, las Juntas de Acción Comunal (JAC) y las Ligas Comunales de Consumidores. Si bien la actividad laboral consume buena parte del tiempo disponible de los habitantes de la urbe, es buena terapia que se dediquen al menos dos (2) horas semanales al trabajo comunitario. Lo primero es empezar a desarrollar un sentido de pertenencia y responsabilidad respecto del barrio, la comuna y la ciudad.


LOS ADULTOS MAYORES Y EL TRABAJO COMUNITARIO

Un recurso humano muy valioso lo constituyen en cada barrio los adultos mayores, pues disponen de una gran experiencia y tiempo libre, a quienes el trabajo comunitario puede proporcionar un sentimiento de pertenencia y utilidad que infunda a sus vidas mayor vitalidad y fortalezca su salud. En los últimos años se ha producido una verdadera revolución silenciosa: la de los grupos de tercera edad. Si estos grupos se vincularan a la labor de las JAC y Ligas de Consumidores, tanto ellos como la comunidad se verían mutuamente beneficiados. Las JAC, por ejemplo, podrían crear en cada barrio un Comité de Capacitación al Adulto Mayor (C.A.M.) en materia de salud preventiva, instrucciones para ejercicios físicos, consejería psicológica, etc., servicios que podrían obtenerse mediante convenios con las facultades de Fisioterapia, Educación Física, Nutrición, Medicina, Psicología y Gerontología de las universidades locales. Como contraprestación, los adultos mayores afiliados al Comité podrían colaborar en muchas de las actividades de las JAC, en especial, con la distribución de boletines y comunicados, venta de bonos pro-obras sociales, organización de eventos, etc.

FUNDECONSUMO tiene un Programa de Servicio Legal Comunitario denominado "GENTE MAYOR" dirigido a todos los grupos de tercera edad y adultos mayores en general, residentes en la ciudad de Cali, para brindarles orientación legal en las sedes comunales en materia de Seguridad Social (pensiones y EPS), obtención de auxilios económicos por parte de la Alcaldía para estratos I y II, Derecho de Familia, y en especial, para promover y difundir la Ley del Colombiano de Oro que les da prioridad de atención en todos los establecimientos públicos y privados. No más filas (colas) interminables de adultos mayores para acceder a los servicios que necesitan.

* Tomado de "Como es arriba es abajo - La tarea cotidiana como camino espiritual" de Ronald S. Miller. Colección Nueva Conciencia de Editorial Planeta.

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